SORTEANDO TORMENTAS


Foto y texto: Rosae


 El amor no pudo salvarnos.

No fue suficiente para sostener un mundo de ilusiones y magia en el que tú dejaste de creer.

Hace poco volví a pasar por la calle donde nos conocimos. Donde, como tú decías, “nacimos el uno para el otro”.

Compré nuestro helado favorito... pero no me supo igual que cuando lo compartíamos; cuando saborearlo era igual que comernos las ganas en silencios cómplices.  

Tampoco encontré a la mujer que vendía flores y que siempre nos decía: que dios os guarde ese amor.

Pero el amor lo teníamos que cuidar nosotros.

Y yo, experimentada en sortear tormentas, sabía que podríamos con todo si trabajábamos juntos en ello.

 Pero las tormentas de dos no se salvan si uno no está dispuesto a mojarse.

El amor en esos casos resulta insuficiente.

Encontraré nuevas calles en las que construir recuerdos. 

Es mi deseo.

Y que tú aprendas a luchar contra las tormentas.

Aunque no sea conmigo. 


 

Comentarios

Entradas populares