¿PRINCESA O GUERRERA?
Foto y texto: Rosae
Ella nació princesa de un cuento que nunca quiso vivir.
Le enseñaron modales y normas que no quería seguir.
Pero se acostumbró... porque eso es lo que hacen las niñas buenas.
Hasta que un día comprendió que esa vida le venía pequeña. No era lo que ella quería.
Estaba viviendo la vida que otros habían decidido que era la buena... y no le gustó.
Así que soltó su melena; se puso el traje de princesa guerrera – que le iba mucho mejor – y se aseguró de ser ella quien marcase la siguiente huella.
Se pasó por el forro todos los convencionalismos y decidió asumir las consecuencias de una vida que sentía insegura, pero suya.
Para bien o para mal nadie más decidiría por ella.
Y así vive.
Con su corazón repleto de cicatrices de las guerras perdidas y el coraje de las batallas ganadas.
Porque, a pesar de todo, sigue creyendo que el sol nace y muere cada día para ella.
Para que sea loca o sensata; triste o alegre; fuerte o débil.
Pero siempre ella.
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