A QUIENES ACEPTEN MIS DESPOJOS
Foto y texto: Rosae
A ti, que te quedarás mis ojos.
No son unos ojos especialmente bonitos, pero han visto mucha belleza y
eso es algo que siempre queda grabado en la mirada.
Son de lágrima fácil, pero es que se emocionan rápidamente. Permíteles
que lloren; les viene bien de vez en cuando.
Déjales contemplar el mundo que te rodea. Sabrán ver donde otros sólo miran.
Les encanta sentir la naturaleza, la gente, la vida. Así que no te
sorprendas si de repente te dejan quieto delante de algo sencillo o insignificante.
Ellos saben bien dónde mirar.
Brillarán de una manera especial ante la gente que quieres, y se notará
enseguida. Son un poco chivatos en eso.
Déjales contemplar el atardecer, da igual donde estés. Les gusta
quedarse extasiados y soñar ante ellos.
Pero sobre todo, sobre todo, llévales al menos una vez al año a sentir el mar.
Cuando lo hagas, comprenderás la suerte que has tenido en herencia.
A ti, que te quedarás mis manos.
Quizás te lleves la peor parte, porque les resulta imposible estarse
quietas.
Necesitan estar siempre tocando algo. Ya sea tu pelo, un doblez de la
ropa, algo que lleves colgado al cuello o lo que haya cerca.
Sienten una extraña necesidad de acariciar, de sentir.
Sé que tienen algunas cicatrices, pero todas ellas tienen una historia
que contar.
Te pido perdón por las uñas. En muy pocas ocasiones he sido capaz de
dejar de morderlas. Espero que tú lo hagas mejor.
A ti, que te quedarás mi corazón.
Lamento dejártelo tan usado, pero es que lo he empleado a conciencia
siempre, en todo lo que he hecho en mi vida.
Es un corazón fuerte; no se rinde fácilmente. Es más grande de lo que
parece. Y sabe bien cómo salir adelante. No tengas miedo a que le hagan daño. Tarde
o temprano siempre sabe lo que tiene que hacer.
En él cabe aún mucho amor, mucha ilusión y muchas emociones. No se las
niegues, por favor.
Te va a llevar a hacer cosas con las que, sin duda, tu cabeza no estará
de acuerdo. Pero es rebelde e impulsivo. Es una pelea en la que tu cabeza no ganará jamás.
A ti, que te quedarás mi piel.
Estás de suerte, porque la naturaleza me concedió el privilegio de que
siempre esté suave, aunque no la haya cuidado en exceso.
Protégela del sol, pero no demasiado. Le gusta verse dorada y el moreno
tostadito le sienta muy bien.
Le encanta sentir el agua. De lluvia y mar, sobre todo. ¡Oh! Y la arena de la
playa.
Déjala sentir todo. Lo agradecerás.
Le encantan las caricias, las muestras de cariño y las manos que
transmiten sentimientos. No tengas miedo a que otros la disfruten.
El resto de mí... se irá conmigo a seguir disfrutando, allá donde
sea...
Y a mi que me encantan cuando tus ojos se quedan vagando en cualquier momento, las cosas que hacen tus manos y lo que me transmiten cuando das la mía, lo honrada que me siento por estar en un huequecito de tu corazón y ver tu piel ponerse de gallina por sentir y compartirlo. Me encanta todo como como. Está en su sitio. ��
ResponderEliminarQué mutuo es eso, amiga. Te quiero.
EliminarEché en falta que nos hablaras del gusto, al menos de ese tan exquisito que tienes al escribir
ResponderEliminarMuchas gracias. Me halaga mucho que te guste como escribo. Un placer.
EliminarAlgo llegará sobre el gusto, en el futuro...